La Sierra de Arrábida

La sierra de Arrábida con un paisaje de un valor estético excepcional, es uno de los paisajes más bonitos de Portugal y del mundo.

Los autores y artistas consagrados en los campos más diversos, han consagrado a lo largo de los tiempos, la belleza inspiradora, única e inconfundible de este territorio.

Desde lo alto de sus 501 metros, Formosinho ofrece una amplia vista de todo el entorno de la región.
En esta región cabe destacar el Parque Natural de Arrábida. Fundado en 1976 y con un área aproximada de 10 800 hectáreas, esta reserva biogenética se sitúa en el distrito de Setúbal.
Todo su territorio está catalogado como Lugar de Interés Especial para la Conservación de la Naturaleza – Biótopo CORINE.
Incluye varias zonas de Reserva Integral, como Mata do Solitário, Mata do Vidal y Mata Coberta.
De especial importancia es también la existencia de la conocida brecha de Arrábida, vulgarmente conocida como “mármol de Arrábida”, único en Portugal, utilizado en las iglesias y capillas de Setúbal.

La sierra de Arrábida cuenta con una abundante riqueza paisagística por ser una barrera entre el litoral y el interior, con una vegetación exuberante de carácter mediterraneo.  Sus acantilados en el litoral son una belleza singular, por ser una transición abrupta entre el medio marino y el terrestre, que presenta escarpas con unas importantes particularidades geomórficas. El macizo sudoeste cuenta con los mayores acantilados a la orilla del mar de Portugal continental, siendo el Risco la escarpa costera calcaria más elevada de Europa, que cae sobre un mar tranquilo, azul cristalino y verde-esmeralda.

La plataforma do Espichel es un promontorio en el extremo más occidental de la cadena de Arrábida, con toda la magia y religiosidad asociada a estos lugares. Las laderas de la sierra de Louro enmarcan contínuamente el valle de Barris a través de una cresta montañosa. La sierra de S. Luis/Gaiteiros tiene una posición central entre el valle de Barris y de Alcube. Chã da Freira ofrece unas vistas al área extensa, cuya cubierta vegetal adquiere una variación de tonos singular, según las estaciones del año, contrastando con el verde constante de la vegetación que lo rodea. Comenda, finalmente, tiene una cubierta vegetal de porte arbóreo que se distingue del alrededor.

Arrábida está formada por una multiplicidad de paisajes con características poco comunes y verdaderamente únicas en el contexto nacional e internacional.

Su orientación volteada hacia el sur es única en la costa ocidental portuguesa y ofrece una protección muy eficaz contra los vientos dominantes del norte. Este aspeto es el responsable por la ondulación reducida que favorece el desarrollo y la reproducción de muchas especies marinas. Este carácter único de aguas tranquilas contribuye para que exista en Arrábida un número considerable de especies poco comunes en Portugal.

La alta diversidad de flora y fauna marina es una de sus características más marcantes. Aquí se conocen más de 1.000 especies de animales y más de una centena de algas.

La flora y la vegetación actual de Arrábida constituye un patrimonio natural de valor incalculable, en la medida que en el propio territorio, se comprueba la convergencia de tres elementos de flores: el euroatlántico, el mediterráneo y el macaronésico. La vegetación de Arrábida es un ejemplo poco común de vegetación mediterranea muy antigua, que a lo largo de los tiempos, ha sido moldeada por el clima hasta llegar a nuestros días, a través de condiciones ecológicas específicas con un aspeto exuberante y sorprendente que la convierte en algo diferente de todo lo que la rodea.
La combinación de las características climáticas, geográficas y orográficas justifican la presencia de comunidades vegetales únicas a nivel mundial, ricas en historia evolutiva, que dan como resultado un paisaje vegetal excepcional y muy singular.

En Arrábida es importante mencionar los microclimas propios de las vertientes norte y sur de la zona montañosa.

La ladera el norte, más expuesta a los vientos húmedos del noroeste, es más húmeda y fresca que la vertiente meridional resguardada de los fuertes vientos fríos y expuesta a una fuerte insolación, por lo que es más seca en el período de verano, las temperaturas más elevadas y los inviernos más templados.

Existen especies como el chaparro (Quercus coccifera), el romero (Rosmarinus officinalis), el lentisco (Pistacia lentiscus), la olivilla (Phillyrea angustifolia), el labiérnago de hoja ancha (Phillyrea latifolia), el acebuche (Olea europaea sylvestris), el espino negro (Rhamnus oleoides), el torvisco (Daphne gnidium), el quejigo (Quercusfaginea), el alcornoque (Quercus suber) y el pino piñonero (Pinus pinea).

La Corriola do Espichel (Convolvulus fernandesii) y el Trovisco do Espichel (Euphorbia pedroi), que se encuentran en los acantilados entre Sesimbra e el Cabo Espichel son casos endémicos existentes en la sierra de Arrábida.

El parque natural del Arrábida sigue siendo un lugar de gran variedad en el reino animal, donde se encuentra un número considerable de especies registradas, en un total de 213 vertebrados: 8 especies de anfibios, 16 especies de reptiles, 154 especies de pájaros y 35 especies de mamíferos.

Entre los mamíferos se distingue el zorro común (Vulpes vulpes), el hurón (Mustela nivalis), el turón (Mustela putorius), la jineta (Genetta genetta), el conejo común (Oryctolaguscuniculus), el tejón común (Meles meles) el gato salvaje (Felis silvestris), la garduña (Martes foina), el meloncillo (Herpestes ichneumon) y la liebre (lepus capensis).
Las grutas, principalmente en los acantilados, tiene una fauna asociada muy particular de murciélagos: el murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii), el murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale), el murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum) y el murciélago mediano de herradura (Rhinolophus meherlyi).

En la avifauna, entre las de rapiña diurnas existentes cabe destacar el águila de Bonelli (Hieraetus fasciatus), con la única pareja que nidifica en la costa portuguesa, el busardo ratonero (Buteo buteo), el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y el halcón peregrino (Falco peregrinus). De las aves rapiña nocturnas se destaca el búho real (Bubo bubo) y la lechuza de los campanarios (Tyto alba).
La perdiz roja (Alectoris rufa), el vencejo real (Apus melba), los abejarucos comunes (Merops apiaster), el roquero solitario (Montícola solitarius), el colirrojo real (Phoenicurus ochrurus), el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), el petirrojo europeo (Erithacus rubecula),el chochín (Troglodytes troglodytes), el picogordo (Coccothraustes coccothraustes), la abubilla (Upupa epops), la perdiz roja (Alectoris rufa), la cogujada común (Galerida cristata), el chotacabras cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis), el martín pescador común (Alcedo atthis), el el trepador gigante (Dendrocopus major), el carbonero común (Parus major) y el herrerillo común (Parus caeruleus), el agateador común (Certhia brachydactyla) y el cuco común (Cuculus canorus) son un ejemplo entre muchas otras especies que se pueden observar en este área protegida.

Cerca de 300 especies identificadas de lepidópteros (mariposas) y 450 coleópteros (escarabajos), se distinguen entre los insectos.

En los anfibios y los reptiles, la lagartija ibérica (Podarcis hispanicus), el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai), la culebra de escalera (Elaphe scalaris), la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), la víbora hocicuda (Vipera latastei) y la culebra de herradura (Coluber hippocrepis).
Los recursos acuáticos sirven de resguardo para el galápago leproso (Mauremys leprosa) y las culebras viperinas (Natrix maura).

De entre las miles de especies de invertebrados se distingue la araña cavernícola (Anapistula ataecina), el gorgojo esmeralda rosado (Cneorhinus serranoi) y un caracol (Candidula setubalensis), siendo estas últimas dos, especies endémicas de la sierra de Arrábida.

Desde el punto de vista espeleológico, Arrábida cuenta con centenares de grutas, algunos de ellas excepcionales por su rareza, singularidad, diversidad y belleza de las formaciones rocosas que albergan.

Desde el punto de vista paleontológico, en Arrábida se encuentran numerosos yacimientos de fósiles y rastros de dinosaurio que son relevantes mundialmente desde el punto de vista científico, con la única particularidad de estar asociados al patrimonio cultural material e inmaterial de Cabo Espichel.

El primer parque marino de Portugal continental, el “Parque Marinho Professor Luiz Saldanha”, creado en 1998 e integrado en el Parque Natural de Arrábida, en homenaje al profesor Luiz Saldanha, biólogo portugués que si distinguió por el estudio de la fauna marítima del noroeste Atlántico.
Se trata de una zona con una riqueza natural única a nivel nacional y europeo, en la que se encuentran más de 1000 especies de animales y plantas marinas.
El parque cuenta con fondos diversificados, rocosos y arenaceous, con profundidades de hasta 100 metros. Con zonas resguardadas, como algunas ensenadas en la base de los macizos costeros, hasta zonas con una fuerte ondulación, como en el Espichel.
Esta zona costera, integrada en el Parque Natural de Arrábida, actualmente está protegido por diversas medidas debido a su riqueza ecológica.
En los últimos años se han registrado cerca de 1320 especies acuáticas en el Parque Marino Professor Luiz Saldanha, que hasta la fecha de hoy eran desconocidas.

Con una ocupación humana que remonta al período del Paleolítico antiguo, la región de Arrábida presenta un importante conjunto de valores patrimoniales de los que cabe destacar algunas estaciones arqueológicas como las grutas de Quinta do Anjo, la Lapa de Santa Margarida, la estación romana de Creiro y la carretera romana de Viso, así como, los innúmeros vestigios arqueológicos que datan de la Edad del Bronce y la colonización romana.

Los tres castillos – Palmela, Sesimbra y Setúbal – además de algunas fortalezas como la de Outão, la de Santa Maria, el Fuerte de São Domingos da Baralha y Albarquel, son buenos ejemplos de la arquitectura militar. Los castillos de Palmela y de Sesimbra son testigos de la ocupación árabe en la región.

En un número más grande, existen ejemplos de patrimonio religioso, tal como las iglesias, ermitas y conventos esparcidos por toda la región, de los que se destacan: los conventos de Arrábida (Nuevo y Antiguo), el santuario de Nossa Senhora do Cabo Espichel.
El convento de Arrábida es una construcción del siglo XVI, que en otros tiempos fue un monasterio franciscano.

El convento de Arrábida incluye un Convento Antiguo situado en la parte más elevada de la sierra, el Convento Nuevo, ubicado a mitad de la colina, el jardín y el santuario de Bom Jesus.
El convento fue fundado en 1542 por Frei Martinho de Santa Maria, franciscano castellano a quien D. João de Lencastre (1501-1571), primer duque de Aveiro, cedió las tierras de la ladera de la montaña. En este convento vivió Frei Agostinho da Cruz.
Además, cabe mencionar la importancia de un conjunto considerable de cruceros, picotas, fuentes y molinos tan característicos.

En los municípios de Sesimbra y Setúbal existen estructuras relacionadas con las actividades marítimas, como la fabricación de conservas de pescado, la construcción naval y otras actividades similares

En la colina sur de Palmela y en la misma localidad, así como en la zona de Azeitão y probablemente también en Sesimbra, se encuentran unos hornos de cerámica de los que provienen los resultados arqueológicos y las tipologías encontradas.
Entre las actividades económicas realizadas en el Parque Natural de Arrábida se distingue la fabricación de queso de Azeitão, el cultivo de la vid – uvas de mesa y una gran variedad de vinos y fabricación de miel, además de la cría de ganado ovino y bovino. La alta calidad de la fabricación de leche de los ovinos se debe a la composición florística de los campos del Parque Natural de Arrábida donde pastan.